Bienvenidos a la comuna mágica Ollagüe

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Etapa de cazadores

Hacia el 4000 y 5000 A.D.C. se inicia un particular proceso de poblamiento del Altiplano Ollagüino. En dicho proceso, pequeñas bandas de cazadores recolectores se dispersaron en los ecosistemas más productivos del Altiplano Chileno de la II región.

Estos grupos se ubicaron fundamentalmente en las cercanías de vegas, lagunas y desembocaduras de valles, los cuales se constituyeron en los “locus” de ocupación a partir de los cuales los cazadores recolectores articularon un particular sistema de ocupación móvil del territorio, en torno de los sectores de caza de camélidos y de aves acuáticas.

Etapa de pastores altiplánicos

Hacia el siglo IX D.C., el proceso natural de desarrollo sociocultural, que lleva a los grupos humanos a pasar de estados nómadas a estados sedentarios, se decanta en la consolidación de un modelo de supervivencia centrado en el denominado pastoreo trashumante. Dicha actividad se basaba en la utilización de vegas y sectores forrajeros, para asegurar la producción de ganado.

Etapa de la minería de altura

Al finalizar la guerra del Pacífico, el año 1879, el departamento Quechua de Antofagasta, donde se encuentra inserta la comuna de Ollagüe, es anexado definitivamente a la república de Chile, reconociéndose a partir de esta época la existencia de hablantes Quechua en esta república.

En el año 1898, a partir de la construcción del ferrocarril Antofagasta-Bolivia, se da origen a la explotación minera del azufre. Aunque no se cuenta con registros que señalen la cantidad de población, la explotación del azufre, durante la década del treinta, significó para la localidad, la prosperidad y el interés de trabajadores provenientes de distintos sectores del país y de zonas aledañas al poblado.

En paralelo a la actividad minera no metálica realizada en la comuna, se desarrolla la actividad de extracción de yareta, planta utilizada, por su potencial energético, para las actividades industriales mineras. En dicha actividad se involucra la población local, Quechuas de Bolivia, Atacameños de la subregión del río Salado y campesinos Aymaras de la I región.

Con las caídas en los precios internacionales de los nitratos de sodio, boratos y azufres, se produce el cierre de algunas empresas y el consecuente despoblamiento progresivo del sector. De este modo, la minería y el trabajo asalariado se constituyen en los factores determinantes del surgimiento de un nuevo patrón de vida, como lo fue la concentración humana en torno a los emergentes campamentos y estaciones ferroviarias de la zona, la cual con el paso del tiempo ha ido decayendo hasta llegar a nuestros días.

Situación Climática

El área de estudio se ubica dentro de un sistema climático desértico marginal de altura (BWH), con una fuerte oscilación  térmica diaria, cielos limpios y con vientos que alcanzan los 60 k/h, existen precipitaciones ocasionales durante el año. En Ollagüe se presentan solo dos estaciones invernales la altiplánica y la estacional.

Todas estas condiciones atmosféricas provocan una extrema aridez y Temperaturas   con    una   marcada   oscilación   térmica que  va   desde  los   –20º  a  los  15º  C. producto de lo cual existe una escasa vegetación y la fauna sólo reservada a los animales de altura (camélidos, parinas, vizcachas, etc.).

Flora

En cuanto a la vegetación se definen dos zonas naturales: Desierto y Altiplano.

Zona Desértica: Se caracteriza por la ausencia casi absoluta de precipitaciones, las que determinan grandes extensiones, con un paisaje carente de toda manifestación de vida. Abarca para la zona de Ollagüe la Vertiente Occidental de la Cordillera de Los Andes, hasta los 3.800 metros de altitud. Dentro de esta zona y sobre los 2.500 metros de altitud y hasta los 3.800 m.s.n.m., debido al incremento altitudinal y a la influencia marginal de las lluvias de verano que ocurren en el altiplano, se constituyen formaciones abiertas de arbustos achaparrados, de un metro de altura aproximadamente, entre los que destacan el Pingo-Pingo (Ephedra andina), Rica-Rica (Acantolippia deserticola), Cachiyuyo (Atriplex atacamensis) y Javilla (Adesmia atacamensis).

Entre los 3.000 y 3.500 metros de altitud, estas formaciones se asocian a diversas especies de cactus entre los que destacan el Cardón (Echinopsis atacamensis) y Paja Blanca (Stipa frígida).

Zona altiplánica: Sobre los 3.000 y hasta los 4.600 metros de altitud, aproximadamente, predomina la vegetación esteparia, la que está determinada por la altitud, siendo la aridez relativa y el corto período vegetativo los factores que permiten una fisonomía particular de las formaciones vegetales.

Las plantas del Altiplano son de baja altura, con hojas pequeñas y resinosas. Según la fisonomía de las especies dominantes, se pueden distinguir dos (2) comunidades: el Tolar Andino y el Pajonal Andino.

El Tolar Andino, está formado por arbustos bajos acompañados por un tapiz de hierbas, de densidad variable. Predomina Chachacoma (Senecio graveolus) y Llaretilla (Picnophyllum molle).

El pajonal Andino, está constituido por gramíneas  perennes de 60-80 cm, de altura que crecen en champas aisladas entre las cuales se desarrolla un estrato de hierbas anuales y perennes más pequeñas. Las especies más frecuentes son la Paja Brava (Festuca chrysophylla), Iru (Stipa leptostachya), entre otras. El Pajonal Andino, constituye la mayor fuente alimenticia para la fauna silvestre.

Existen además, tres comunidades de carácter azonal que se desarrollan en sustratos muy específicos del ambiente andino:

  • Los bofedales: que son vegas pantanosas, pulvenadas; compuestas por cojines duros que dan origen a un suelo orgánico, profundo y turboso, constituido por resto de vegetales semi descompuestos. Las especies más características son el Paco (oxychloe andino), la Sora (Deyeuxia chrysanta) y Coli- Paco (Distichia muscoides). La existencia de agua determina que esta comunidad presenta una alta productividad, lo que permite el sostenimiento de una fauna numerosa.
  • Llaretales: corresponde a una formación vegetal en el que domina las llaretas, cojines compactos de plantas pertenecientes al género Azorella, que se desarrolla en sustratos rocosos.

Queñoales: esta formación vegetal se caracteriza por la presencia de árboles que constituyen un bosquecillo abierto en laderas adyacentes al Altiplano. La Queñoa (Polylepis tarapacana) es un árbol de pequeño tamaño (Conaf,2.001).

Fauna

En cuanto a la vegetación se definen dos zonas naturales: Desierto y Altiplano.

Zona Desértica: Se caracteriza por la ausencia casi absoluta de precipitaciones, las que determinan grandes extensiones, con un paisaje carente de toda manifestación de vida. Abarca para la zona de Ollagüe la Vertiente Occidental de la Cordillera de Los Andes, hasta los 3.800 metros de altitud. Dentro de esta zona y sobre los 2.500 metros de altitud y hasta los 3.800 m.s.n.m., debido al incremento altitudinal y a la influencia marginal de las lluvias de verano que ocurren en el altiplano, se constituyen formaciones abiertas de arbustos achaparrados, de un metro de altura aproximadamente, entre los que destacan el Pingo-Pingo (Ephedra andina), Rica-Rica (Acantolippia deserticola), Cachiyuyo (Atriplex atacamensis) y Javilla (Adesmia atacamensis).

Entre los 3.000 y 3.500 metros de altitud, estas formaciones se asocian a diversas especies de cactus entre los que destacan el Cardón (Echinopsis atacamensis) y Paja Blanca (Stipa frígida).

Zona altiplánica: Sobre los 3.000 y hasta los 4.600 metros de altitud, aproximadamente, predomina la vegetación esteparia, la que está determinada por la altitud, siendo la aridez relativa y el corto período vegetativo los factores que permiten una fisonomía particular de las formaciones vegetales.

Las plantas del Altiplano son de baja altura, con hojas pequeñas y resinosas. Según la fisonomía de las especies dominantes, se pueden distinguir dos (2) comunidades: el Tolar Andino y el Pajonal Andino.

El Tolar Andino, está formado por arbustos bajos acompañados por un tapiz de hierbas, de densidad variable. Predomina Chachacoma (Senecio graveolus) y Llaretilla (Picnophyllum molle).

El pajonal Andino, está constituido por gramíneas  perennes de 60-80 cm, de altura que crecen en champas aisladas entre las cuales se desarrolla un estrato de hierbas anuales y perennes más pequeñas. Las especies más frecuentes son la Paja Brava (Festuca chrysophylla), Iru (Stipa leptostachya), entre otras. El Pajonal Andino, constituye la mayor fuente alimenticia para la fauna silvestre.

Existen además, tres comunidades de carácter azonal que se desarrollan en sustratos muy específicos del ambiente andino:

  • Los bofedales: que son vegas pantanosas, pulvenadas; compuestas por cojines duros que dan origen a un suelo orgánico, profundo y turboso, constituido por resto de vegetales semi descompuestos. Las especies más características son el Paco (oxychloe andino), la Sora (Deyeuxia chrysanta) y Coli- Paco (Distichia muscoides). La existencia de agua determina que esta comunidad presenta una alta productividad, lo que permite el sostenimiento de una fauna numerosa.
  • Llaretales: corresponde a una formación vegetal en el que domina las llaretas, cojines compactos de plantas pertenecientes al género Azorella, que se desarrolla en sustratos rocosos.

Queñoales: esta formación vegetal se caracteriza por la presencia de árboles que constituyen un bosquecillo abierto en laderas adyacentes al Altiplano. La Queñoa (Polylepis tarapacana) es un árbol de pequeño tamaño (Conaf,2.001).

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