La artesanía textil de Calbuco: Tejiendo 419 años de historia

Tejidos a mano con lana de oveja y teñidos con hojas de distintos árboles propios del sur austral de Chile, son algunas de las características que hacen de la artesanía textil de Calbuco un patrimonio único.

Calbuco es una comuna ubicada en la Región de Los Lagos cuya capital se sitúa en una isla con el mismo nombre y cuya traducción del mapudungun es “Agua azul”.

En mayo recién pasado la comuna cumplió 419 años de historia, siendo sus atractivos turísticos, gastronomía, artesanía y fiestas tradicionales, las expresiones culturales que cuentan el pasado, presente y futuro de la comuna.  

Eliana Munson es artesana y emprendedora. Desde hace 15 años es dueña de la tienda “La Granjita” donde vende productos hechos por ella y por otros artesanos locales. “Calbuco tiene un muy buen capital humano que se dedica a la artesanía. La gente ha tenido la oportunidad de perfeccionarse. Hay mucha gente que trabaja la lana de oveja y la fibra vegetal para confeccionar canastos”, explica la artesana.

Para esta emprendedora, la artesanía de Calbuco tiene una identidad propia. “Hay muchas personas que se van directo a Chiloé, pero Calbuco tiene mucha historia. La artesanía de Calbuco está muy vinculada con el mar. Calbuco es una isla y esa esencia hay que sacar a flote en la artesanía”, comenta.

Quien comparte esta opinión es Elena Echeverria, artesana miembro de la Asociación de Productores y Artesanos de Calbuco, quien se dedica a esta actividad desde 1991.

“Como asociación nos dedicamos a rescatar y proteger nuestra propia artesanía. Rescatar todo el trabajo de hilado y teñido de lana de oveja entrega un valor agregado a nuestra artesanía. Postulamos a un proyecto como asociación sobre telar mapuche y cestería, en manila y pascal, ya que todo eso se estaba perdiendo”, explica Elena.

Olga Saavedra, artesana de Calbuco, comenzó a tejer para sus hijos hace 30 años, luego empezó a vender sus productos en Angelmó (Puerto Montt) y actualmente vive en Calbuco y posee un negocio en su hogar. “A la gente le está gustando más la lana de oveja. Hice un curso de diseño y me preocupo de que mis productos le queden bien al cliente, que no sea tan rústico como antes. Todos los productos son diferentes, ninguno es igual al otro”.

Estas tres emprendedoras concuerdan en que la pandemia del Covid 19 ha dificultado la actividad, pero también se han abierto nuevas oportunidades de difusión y venta de los productos.

“Perdimos la posibilidad de vender los productos en las ferias, pero soy privilegiada de tener un lugar donde puedo vender y exhibir mi artesanía y las de otros productores. La tienda está abierta todos los días y, además, nos ha ayudado harto las redes sociales”, comenta Eliana Munson.  

Elena Echeverria cree que la actividad económica en torno a la artesanía en Calbuco se retomará cuando termine la cuarentena. “Cuando superemos el Covid la gente va a volver a comprar sus cosas. La gente de afuera valora mucho que nuestro trabajo sea natural y que uno mismo lo haga. Ojalá que la gente se cuide y salgamos todos adelante de esta enfermedad”, agrega.

La primera etapa del tejido consiste en la preparación de la lana. Tras la esquila de las ovejas, los artesanos transforman la lana desde el vellón a la hebra, seleccionando lo mejor para escamarla, hilarla, teñirla con especies vegetales como radal, maqui y cáscara de cebolla, para luego lavarla y secarla. Algunos de los productos que realizan las artesanas de Calbuco son gorros, chalecos, calcetines, chaquetas, vestidos, muñequitos tejidos y distintos productos de cestería.

 

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